¿Alguna vez has ido al supermercado y has visto los mostradores llenos de tomates en pleno invierno? Este es un claro ejemplo de poder comprar alimentos fuera de temporada. Muchas de estas frutas y verduras fuera de temporada dependen de productos químicos, ceras y conservantes para que se vean frescos y más sabrosos de lo que en realidad son.
Según Juan Ruiz, agricultor durante más de quince años en el norte de California, antes de que los tomates sean transportados a los supermercados del país, existen varios pasos para preparar esta planta: “Primero se mantiene la semilla en invernaderos y al contar sesenta días, la planta es sacada de los invernaderos y transplantada por un periodo de noventa días. En ese periodo sale la fruta, es recolectada por personas manualmente y transportada al empaque donde es lavada, empacada y posteriormente distribuida a todas las tiendas y supermercados del país. Al llegar al empaque es lavada con cloro para remover todas las capas químicas que se le han puesto para las diferentes plagas que existen”. “Desde que se planta tiene productos químicos, desde que se siembra tiene productos químicos, empezando por la semilla. Ésta viene ya con una pequeña capa para protección para que no se contamine y pueda germinar perfectamente,” explica.
Asimismo, la doctora Claudia Fajardo-Lira, especialista en Nutrición, afirma que “la fruta de temporada es más nutritiva que la fruta que ha sido transportada de un lugar a otro”. En su perspectiva, el consumidor de estos tiempos se ha acostumbrado a que haya todo tipo de frutas todo el año. “Si no pueden consumir uvas o cerezas en Febrero (los consumidores) van a ir a otras tiendas donde puedan consumirlas… lo malo es que no resaltamos la importancia de consumir lo que está en temporada porque la fruta de temporada es más nutritiva que la fruta que ha sido transportada”, enfatiza. Según la doctora Fajardo-Lira para poder transportar estas frutas y que duren más, a menudo se utilizan químicos para que lleguen a su destino en perfectas condiciones. Si las recogieran cuando están maduras se echarían pronto a perder, por lo que las recolectan verdes, se transportan y posteriormente se les aplica gas etileno para hacerla madurar.
El etileno también es ampliamente utilizado por los productores de piña para forzar el desarrollo reproductivo de sus frutos. Se rocía sobre las frutas de piña verde-maduras para desverdizarlas y así cumplir con los requisitos de producción y de comercialización. En los frutos de algunas especies puede ocasionar algún efecto perjudicial sobre la calidad de dichos frutos.
EJEMPLOS DE CONSERVANTES EN LAS FRUTAS
Un factor que provoca considerables pérdidas, después de la cosecha y durante la distribución de frutas y verduras, son los hongos. En la agricultura convencional este problema es solventado a base de fungicidas (usándose de forma generalizada en todos los vegetales, lo que conlleva un riesgo para nuestra salud).
Algunos de los fungicidas más fuertes son usados en los cítricos, plátanos, melones y piñas. Dichos productos penetran en las frutas y no se eliminan al lavarlos.
En varios países de la UE se exige indicar en el etiquetado que hay que lavarse las manos después de tocar las frutas y que no se pueden consumir las cáscaras de estas frutas. Pero el etiquetado está en las cajas de las frutas que se guardan en las neveras o almacenes , a las que normalmente no tenemos acceso.
La toxicidad de estos fungicidas es muy alta, sobre todo en niños y enfermos. En el mejor de los casos pueden producir irritación por contacto en los ojos y la nariz.
Estos son dos de los fungicidas más utilizados:
- O-fenilfenol (Ortho-phenylphenol) E-231 y E-232:
Tóxico para los humanos, carcinógeno, toxicidad reproductiva, neurotoxicidad, toxicidad aguda, sospechoso de ser disruptor endocrino.
Altamente corrosivo. En caso de ingestión produce daños en mucosas, ojos y piel, náuseas, vómito y diarrea, hipotensión, fallo cardiaco, edema pulmonar, afección neóurolgica, toxicidad renal y hepática, metahemoglobinemia y hemólisis.
- Tiabendazol (Thiabendazole) E-233:
Tóxico para los humanos, carcinógeno, toxicidad reproductiva, neurotoxicidad, toxicidad aguda.
En caso de ingestión produce mareos, náuseas, vómitos, diarrea, molestias epigástricas, letargo, fiebre, enrojecimiento, escalofríos, erupción cutánea y edema local, dolor de cabeza, tinnitus, parestesia e hipotensión y lesiones hepáticas.
Este fungida se usa también en peras y manzanas.
Si deseas utilizar la cáscara de alguna fruta, mejor cómprala ecológica, pues al menos tenemos la garantía de que no ha sido tratada con pesticidas ni fungicidas (basta con ver que parecen frutas de verdad, pues no presentan un aspecto impecable).
Razones por las que consumir frutas y verduras de temporada
- Es más sano: porque al ser cultivados en un suelo rico y con un clima adecuado, en el momento de su recolección mantienen intactas sus propiedades nutricionales y organolépticas (olor, sabor y textura).
- Más económico : al haber mayor disponibilidad de estos productos, aumenta la oferta, y, en consuencia, bajan los precios.
- Más sostenible para el medioambiente: porque respetamos el ciclo natural y evitamos la implantación de monocultivos intensivos que agotan el suelo. Asimismo, la necesiidad de transporte, distribución y almacenaje es menor, por lo que se reduce el gasto energético y se contamina menos.
A continuación se muestran los calendarios de frutas y verduras de temporada, por estaciones:
La naturaleza es sabia y en cada estación nos proporciona alimentos que cubren las necesidades nutricionales propias de cada estación. En mi humilde opinión, prefiero consumir alimentos que han cubierto su ciclo de vida y que contienen todos sus nutrientes a ingerir otros que han sido cultivados de manera forzada y recolectados prematuramente para luego ser "gaseados".
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