Una de las principales "fábricas" de nuestro cuerpo es el hígado, que trabaja incansablemente para mantenernos saludables, ya que depura y desintoxica nuestro cuerpo todos los días sin descanso. A través de él (y en conjunción con la vesícula biliar) se producen más de 500 procesos vitales, entre los que se encuentran: producir proteínas, depurar todos las toxinas que día y noche entran en nuestro organismo o fabricar la bilis (que se almacema en la vesícula) necesaria para el proceso digestivo.
Por lo tanto, es esencial mantener saludable este órgano vital, que es el más grande del cuerpo, llegando a pesar una media de 1,5 kilos en una persona adulta. Además es un órgano único, es decir, no es "doble" como los riñones o los pulmones, razón de más por la que debemos prestarle suma atención. Por otro lado, es un órgano sumamente sensible, es decir, se destruye más rápidamente que otro órgano. Consumir alcohol, ingerir un exceso de grasas, ingesta de fármacos que acaban dañando el hígado, ,etc.
El hígado tiene la capacidad de regenerarse por sí mismo, siempre y cuando le demos las herramientas necesarias para que lo haga. Cuando, por ejemplo, a causa de algún accidente o enfermedad, se nos extirpa una parte del hígado, ésta vuelve a crecer hasta recuperar la medida que perdió, gracias a sus células madres. Pero para que esto ocurra el hígado debe estar en al menos un 25% de perfecto estado, y desgraciadamente, muchas personas tienen su hígado funcionando entre un 10-20% de su capacidad, debido a la cantidad de tóxicos que ingieren cada día, ya sea a través de la alimentación o a consecuencia de la ingesta regular de fármacos.
DESMODIUM: LA PLANTA QUE RESCATA A NUESTRO HÍGADO
En el mundo de la fitoterapia encontramos una gran variedad de plantas que ayudan a depurar el hígado, pero la más potente a la hora de regenerar el hígado es el Desmodium adscendens también conocido pegarropa o amor seco.
Es una planta de la familia de la familia de las Fabaceae. Crece naturalmente en las regiones del África ecuatorial, en lugares húmedos o a los pies de las palmeras aceiteras. Fue descubierta en 1960 por unos doctores franceses que estaban realizando unas investigaciones en África.
Por aquel entonces ya se usaba en pacientes con hepatitis, los cuales se curaban en cuestión de semanas (dependiendo del tipo de hepatitis).
Tras varias investigaciones, descubrieron que el Desmodium adscendens posee gran cantidad de alcaloides, saponinas, flavonoides y antocianinas, todos ellos beneficiosos para el cuerpo.
El Desmodium favorece la normalización de las transaminasas, que son un conunto de enzimas presentes en el hígado, cuyos valores aparecen en un análisis de sangre para descubrir si existe alguna alteración en el hígado o si se ha producido destrucción celular. En los análisis existen diferentes parámetros para medir las transaminasas: GOT o ALT, GPT o AST y GGT.
Numerosos ensayos clínicos confirmaron que esta planta no sólo actúa en el tratamiento de disfunciones hepáticas, sino también en sus otras dos principales indicaciones: la protección del hígado durante tratamientos médicos de larga duración (por ejemplo en quimioterapia) y en casos de alergia, ya que posee propiedades antihistamínicas y broncodilatadoras.
Los aceites volátiles y alcaloides como la isovitexina, que posee el Desmodium actúan positivamente sobre las contracciones de la musculatura lisa que se crean en las reacciones alérgicas, pudiendo inhibir dichas reacciones.
A continuación podéis acceder a algunos de los estudios científicos a través de los siguientes enlaces:
http://www.researchgate.net/publication/234067553_Antihepatotoxic_activity_of_a_quantified_Desmodium_adscendens_decoction_and_D-pinitol_against_chemically-induced_liver_damage_in_rats
http://pubmedcentralcanada.ca/pmcc/articles/PMC2957201/
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2434805
De la misma manera que se nos precribe un protector de estómago cuando vamos a ingerir medicamentos que pueden dañar nuestro estómago, el Desmodium se puede utilizar como prevención en casos de tratamientos farmacológicos prolongados que puedan dañar la función hepatobiliar.
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