El último número de la revista International Journal of Global Environmental Issues nos informa de la posibilidad de utilizar lombrices para limpiar suelos contaminados por altas concentraciones de metales pesados.
Siempre que hallemos lombrices en nuestro jardín, huerta o macetas, es síntoma de que estamos ante una buena tierra.
Las lombrices han sido utilizadas tradicionalmente para descomponer residuos orgánicos y crear abonos, esta es la primera vez que se utilizan para descontaminar suelos.
Investigadores de la Universidad de Reading, (Inglaterra), observaron que las lombrices producían ciertos cambios en los metales que ingerían, y que al excretarlos, éstes salían en un estado diferente.
Los químicos han realizado dos experimentos.
El primero consistió en la utilización de humus de lombriz como material absorvente en el tratamiento de aguas residuales contaminadas por níquel, cromo, vanadio y plomo.
En el segundo se utilizaron directamente las lombrices para procesar arsénico y mercurio. En dos semanas se filtró entre un 7,5% - 30,2% del mercurio; y entre un 42% - 72% del arsénico.
Esto se debe a que estos anélidos recubren a los metales tóxicos con una proteína llamada metalotineina. Eso les permite sobrevivir en sitios contaminados con sustancias como el plomo, el arsénico, el cobre o el zinc.
Gracias a la forma en la que salen los metales excretados por las lombrices, las plantas tienen mayor facilidad para absoverlos. De esta manera, un suelo contaminado por metales tóxicos podría limpiarse al cultivar plantas que los extraigan del suelo.
En concreto los investigadores consideran que la especie Eisenia fetida (Lombriz roja californiana) es capaz de procesar residuos con alta concentración de metales.
En Uruguay se utilizan lombrices para rehabilitar el lodo contaminado del alcantarillado con el fin de transformarlo en un producto útil para la agricultura.
Esta es una especie de lombriz cuyo hábitat no es el suelo, sino los desechos orgánicos: originariamente se desarrolla en el sustrato en el que se descomponen residuos de los bosques. "Lo interesante es cómo esta lombriz, que vive en tierra fresca, es capaz de crecer y reproducirse en un medio donde hay una presión tóxica tan fuerte. En estos barros crecen organismos inferiores, como bacterias u hongos, pero no proliferan aquellos organismos que se sitúan en niveles más altos de la escala zoológica. No crece nada, excepto estas lombrices," comentó el biólogo Enzo Grosso.
Aunque la gran labr de las lombrices no se reduce a todo lo expuesto sino que hay lombrices que se utilizan en las plantaciones de, por ejemplo, tomates. Una tomatera puede recibir más de 100 aplicaciones de herbicida al año, razón por la que al final de su producción tiene que ser destruida con fuego ya que es tan contaminante que no se puede devolver a la tierra."Se observó que las lombrices que trabajan en los canteros con esos residuos presentan aberraciones físicas. Sin embargo, una vez que el residuo fue procesado, esas aberraciones disminuyen notablemente, hasta que desaparecen. Se especula que hay un cambio a nivel del genoma y que se estaría frente a un proceso de ‘especiación’ forzada o inducida. No es exactamente una nueva especie, pero es una nueva cepa que es capaz de enfrentarse a esos tóxicos con éxito gracias a esos cambios que operaron", afirman los investigadores.
La abundancia de lombrices, en casi cualquier lugar del mundo, haría posible la eliminación de metales que produce la industria de una manera económica y natural.
Fuente: http://www.medioambiente.org/
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