En los últimos años, el ritmo de desaparición de las abejas ha ido aumentando alarmantemente. Desde los años 90 multitud de investigadores han estudiado el problema denominado el síndrome del colapso de la colonia (o coloquialmente conocida como abejalipsis o apicalipsis (en inglés:Beemageddon). Este síndrome se refiere a la lenta pero permanente desaparición de las abejas obreras, sin las cuales la colmena no puede sobrevivir y acaba muriendo de inanición.
Muchas hipótesis apuntan como los principales culpables a los pesticidas, la contaminación, las ondas magnéticas, el cambio climático, etc.
¿POR QUÉ LA DESAPARICIÓN DE LAS ABEJAS ES UN PROBLEMA GLOBAL?
Parafraseando una cita de Albert Einstein en la que aseguraba que "Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres", el problema en cuestión es realmente serio.
La polinización es el transporte del polen desde la parte masculina de la flor (androceo) a la parte femenina de la flor (gineceo). En España se estima que el 80% de las especies vegetales son polinizadas por insectos (polinización entomófila). La polinización en las flores de las plantas equivale a la cópula entre las especies del reino animal, y si no se realiza o se hace de forma deficiente los frutos de esa planta saldrán defectuosos y serán menos. La abeja melífera es el polinizador más completo.
El valor económico de la polinización entomófila en la producción agraria española ronda los 3.300 millones de euros. De esta cantidad, 2.900 millones de euros se deben a la labor polinizadora de las abejas. (Anuario Estadística Agraria 2009 del MARM).
Cada abeja visita unas 10.000 flores por día de pecoreo y tiene una vida media de 20 días de pecoreo. Así pues, a lo largo de su vida una abeja hace visitas de polinización a unas 200.000 flores. Para obtener un kilo de miel las abejas deben libar más de 5 millones de flores y recorrer 40.000 km, como una vuelta al mundo.
Las abejas polinizan la Tierra, siendo su labor indispensable para que millones de plantas puedan dar fruto; esto puede muy bien situarlas en la base de la cadena alimenticia.
Cerca del 90% de las plantas silvestres necesitan ser polinizadas y un tercio de los alimentos que consumimos depende de dicha polinización, entre ellos se encuentran: los árboles frutales (almendro, melocotonero, cerezo, ciruelo, manzano, peral) las leguminosas forrajeras (alfalfa, trébol), las cucurbitáceas (melones, pepinos, calabazas, calabacines, berenjenas), las plantas para la extracción de aceite (girasol, colza), las fibras textiles (lino, algodón), todos los cultivos hortícolas, (fresas, frambuesa, espárragos, zarzamora, tomate), las plantas de flor y una recién llegada, la vid, forman una lista parcial de vegetales que dependen necesariamente o al menos se ven favorecidos por la acción polinizadora de las abejas, hasta el punto de que resultaría mucho más sencillo citar los vegetales que no la necesitan.Sólo en Europa, más de 4.000 cultivos dependen de esta labor tan esencial. Pero las abejas están desapareciendo.
En la foto de abajo ( divulgada por una cadena norteamericana de productos biológicos ), se pueden ver dos escenarios: en la primera imagen se muestra una sección de frutas y verduras de un supermercado, y en la segunda imagen se muestra el mismo supermercado desprovisto de los productos que dependen de las abejas para llegar a nuestras mesas. Fueron retirados más de un 50% de los alimentos.
Einstein pudo haber estado refiriéndose a la posibilidad de que el hombre no sería capaz de producir cultivos suficientes para alimentar al mundo sin la polinización. También habría otras interrupciones en la cadena de los alimentos, como los piensos para animales de granja que se verían muy afectados, y la mayoría de las plantas.
FACTORES QUE PROVOCAN LA DESAPARICIÓN DE LAS ABEJAS
El síndrome del colapso de la colonia forma parte de un estudio pionero en la materia realizado por investigadores del Departamento de Agricultura de la Universidad de Maryland en Estados Unidos.
La investigación se realizó mediante el análisis de pesticidas y fungicidas en polen colectado por abejas forrajeras que regresaban a su colmena después de polinizar algunos de los siguientes cultivos: almendras, manzana, arándano, pepino, calabaza y melón. Además, aislaron algunas abejas en un ambiente controlado y las alimentaron con polen contaminado con nueves pesticidas diferentes. Después se les inoculó un hongo parásito, Nosema ceranae, que ya ha sido relacionado con el Colapso de Colonia por Trastorno.
Dicho estudio identificó lo que denominaron un "brebaje de bruja" compuesto de pesticidas y fungicidas hallados en el polen contaminado que era recolectado por las abejas obreras para alimentar a la colmena. Esto provoca una disminución en la resistencia de las abejas hacia el hongo parásito Nosema ceranae, lo que aumenta tres veces más la posibilidad de ser infectadas.
El investigador líder de este estudio, Dennis van Engelsdorps, comenta: “La evidencia de que los pesticidasdi pueden estar afectando a las abejas está creciendo, y pienso que es importante revisar el uso de estos químicos en la agricultura”.
PERO, ¿ QUÉ ES EL NOSEMA CERANAE ?
Nosema ceranae es un parásito protozoario de las abejas melíferas que se ha propagado por todo el mundo en los últimos años. Se confirmó su presencia por primera vez en Europa en 2005.
La nosemosis genera una grave desnutrición en la abeja melífera provocando su prematura muerte. Las colmenas afectadas son muy difíciles de detectar porque no muestran síntomas, solamente marcados descensos de las producciones apícolas, hasta que al cabo de 2-3 años se quedan vacías o aparecen otras enfermedades asociadas.
Las colmenas afectadas por el parásito, al quedar más debilitadas, son más sensibles a ser atacadas por otros patógenos o incluso pesticidas agrarios. La colonia ( al menos en los climas templados ) sufre esta enfermedad principalmente en el otoño y en la primavera.
Sin embargo, al igual que en los humanos, muchos factores medioambientales provocan un descenso del sistema inmunitario de las abejas.
Según los científicos que estudian el tema en la Universidad de Córdoba, estos factores son una nutrición deficitaria de la abeja ( debida a la baja cantidad y calidad del polen, sobre todo en época de sequía ), y los plaguicidas ( fundamentalmente el imidacloprid y friponil ). Para ellos, la aparición del parásito Nosema ceranae puede ser más consecuencia que causa, debido a que la colmena se debilita y da paso a la beligerancia del “asesino silencioso” (causas multifactoriales).
Los científicos han detectado más de una docena de factores que influyen en la desaparición de las abejas, entre ellos, los más relevantes son:
- Parásitos: además del parásito protozoario Nosema ceranae mencionado anteriormente ( y que favorece el ataque de otro ácaro parásito llamado Varroa ), otros parásitos, como un pequeño escarabajo que daña las colmenas, causarían más daños que hace décadas.
- Contaminación del aire: según un estudio de la revista "Atmospheric Environment", dicho factor reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores, por lo que a las abejas y a otros insectos les cuesta más localizarlas.
- Campos electromagnéticos: las emisiones procedentes de los postes eléctricos podrían confundir a las abejas.
Se han realizado numerosos estudios que confirman que las tecnologías actuales, como teléfonos inalámbricos, producen un debilitamiento de las colmenas, una incapacidad de las abejas en encontrarlas y mayor predisposición a contraer enfermedades - Especies invasoras: las abejas africana o asiática ( introducidas en Estados Unidos y Europa ) dañan a las especies autóctonas.
- Insecticidas: dos recientes estudios publicados en la revista "Science" afirman que el uso extendido de los insecticidas neonicotinoides han afectado de forma negativa a la población de abejas. Estos pesticidas fueron introducidos a principios de los años noventa del siglo pasado para controlar las plagas de los cultivos.
Según el estudio realizado en la Universidad de Stirling, en el Reino Unido en 2011, está probado que en insectos como la Bombus terrestris tratados con niveles bajos de un pesticida neonicotinoide conocido como imidacloprid, se producía una reducción drástica de la descendencia de esta especie y, con ello, se frenaba el crecimiento de la población. Estos estudios demuestran que el uso extendido de pesticidas disminuye las colonias de los abejorros (género Bombus) y las abejas (Apis mellifera).
Otros estudios como los del Dr. Claudio Porrini, del Departamento de Ciencias y Tecnología Agroambiental de la Universidad de Bolonia (Italia) o las del Dr. Jean-Marc Bonmatin del centro de biofísica molecular y Centro de investigaciones científicas de Orleáns (Francia) así lo demuestran. Según palabras del Dr. Bonmatin, la contaminación de polen y néctar de estos productos químicos aparece como una de las causas más probables de la disminución de las poblaciones de las abejas, ya que se han encontrado intoxicaciones crónicas y efectos subletales en las mismas a muy bajas concentraciones.
En países como Italia, Francia o Alemania, cuando se prohibió totalmente el uso de neonicotinoides, se mostró un aumento de la población de abejas.
Según un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los pesticidas son un riesgo para las abejas, en concreto, la EFSA se ha centrado en tres productos (tiametoxam, imidacloprid y clotianidina). La autoridad europea considera inaceptable el uso de estos pesticidas sobre cultivos donde el polen y el néctar sean atractivos para las abejas. - Excesiva especialización de las abejas utilizadas en agricultura: al usarse las abejas en vastas extensiones de monocultivos, hace que su sistema inmunológico se vea afectado, ya que es la variedad de tipos de polen en su dieta lo que ayuda a producir grandes cantidades de glucosa oxidasa ( una enzima que ayuda a proteger de microbios y patógenos de la miel y del alimento almacenado en la colmena ).
¿CÓMO PODEMOS AYUDAR A LAS ABEJAS?
Plantar especies que favorecen la visita de las abejas: en la siguiente foto se muestran algunas de esas plantas:
Deja que las plantas silvestres florezcan en zonas no cultivadas: contribuyen a la alimentación de los insectos polinizadores.
Ayuda a proteger los enjambres: crear un enjambre es un proceso natural que se produce cuando las abejas deciden reproducirse. Si ves un enjambre ponte en contacto con la policía o autoridad local que se pondrá en contacto con el apicultor de la zona que recogerá el enjambre.
En un enjambre las abejas suelen ser muy tranquilas. Sólo se vuelven agresivas cuando las molestamos o las rociamos con agua. Se recomienda dejarlas solas hasta que el apicultor se las lleve.
Hazte apicultor: además de ser un mundo fascinante, la apicultura te reportará múltiples beneficios, entre ellos consumir tu propia miel y otros productos de las abejas.
Hacer un llamamiento a nuestros representantes políticos: pregúntales qué medidas se toman para defender a las abejas o cómo se apoya la apicultura en nuestro ayuntamiento. Puede que todos juntos ayudemos a concienciar de la necesidad de hacer algo urgente para evitar su desaparición.
Proponer a las autoridades locales el uso de plantas melíferas en espacios públicos: además de tener un gran valor ornamental, contribuyen a la alimentación de los insectos polinizadores.
No encender fuego en el campo: debido a los incendios forestales, cada año se pierden centenares de colmenas, siendo todavía peor el daño medioambiental producido por la desaparición de todo un ecosistema.
Nunca utilices insecticidas: si el uso de un insecticida es indispensable, se recomienda usar un insecticida biológico o utilizarlo cuando las flores estén cerradas.
Permite instalar colmenas en tus terrenos rústicos: puedes dejar que aspirantes a apicultor instalen sus colmenas en ellos. Algunos alquilan sus terrenos a estos nuevos apicultores, ayudando en gran medida a la población de Abeja melífera.
CONCLUSIÓN:
Actualmente este tema continúa investigándose , por lo que, a medida de precaución, conviene ser cautos a la hora de señalar un culpable. Sin embargo, son muchos los estudios que apuntan a que el problema que mayor implicación tiene sobre la mortandad de las abejas es la utilización de pesticidas, por lo que se deberían ejercer acciones políticas contundentes a la hora de permitir su utilización.
Por otra parte, la EFSA ( Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ) señala, en un informe reciente, que tres neonicotinoides ( clotianidina, imidacloprid y tiametoxam ), "contribuyen al declive de las poblaciones de abejas y de otros polinizadores silvestres. Estos insecticidas son producidos por Bayer y Syngenta y se utilizan para el tratamiento de las semillas de girasol, algodón, maíz y colza.
FUENTES: http://internetparatodos.blogs.sapo.pt/
http://www.abejas.org/polinizacion/
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