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Cómo hacer un caldo rico en colágeno

El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano y animal (las plantas no producen colágeno).
Existen muchas variedades de colágeno pero las más comunes son el colágeno tipo I, que forma parte de: tendones, piel y otros tejidos como el hueso, y el colágeno tipo II que se halla en su mayoría en los cartílagos.





¿POR QUÉ EL CALDO DE HUESOS ES LA MEJOR OPCIÓN?

Cada año aparecen en el mercado productos milagro que nos dan falsas esperanzas prometiendo devolvernos la salud o eliminarnos las arrugas y, lo que es peor, vaciándonos el bolsillo. En este caso, vamos a hablar de uno de los complementos alimenticios más vendidos en los últimos años: el colágeno.

En realidad, estos suplementos de colágeno no son más que gelatina purificada (extraída de la pieles, huesos hervidos, tendones,...de animales) a la que le añaden los compuestos que se pierden en el proceso de purificación: el sulfato de condroitina y la glucosamina. Al eliminarse estos dos elementos nos quedamos sólo con la proteína (que es la gelatina). Cuando ingerimos una proteína, la digestión la separa en los aminoácidos que la componen. Posteriormente, estos aminoácidos serán utilizados por el cuerpo para construir las estructuras que sean necesarias.

Es importante aclarar la procedencia de los elementos que son añadidos a los suplementos de colágeno, tan caros, que se venden: El sulfato de condroitina se obtiene de piel, huesos y cartílago bovino, porcino o marino (en Japón, proviene del cartílago de tiburón, pero esencialmente es similar al cartílago de otros animales, por lo que no está justificado su elevado precio).
La glucosamina se obtiene del caparazón de crustáceos como el de las gambas, langostas o cangrejos.

No es necesario gastarse tanto dinero en pastillas de colágeno de dudosa eficacia. Una buena sopa o caldo hecho con huesos, como se hacía antaño, es la forma más barata y segura de obtener el colágeno que usted desea.

Si usted hace una buen caldo o sopa de huesos regularmente (con una o dos veces a la semana es suficiente), no tendrá necesidad de comprar ningún suplemento, cubriendo así sus necesidades de colágeno. Además sabrá lo que está tomando.

El caldo de huesos
es una extracción acuosa hecha a base de huesos de animales sanos. Tiene una gran concentración de minerales: fósforo, calcio y magnesio, excelentes para mantener una buena salud bucal y ósea. Asimismo refuerza el sistema inmunitario y ayuda a tener una buena digestión.

Es aconsejable que utilices huesos de buena calidad, a ser posible que hayan sido alimentados con pasto y criados en libertad. En el caso de que lo hagas de pescado, utilizar pescados salvajes, no de piscifactorías.

Siempre que prepares una comida y te sobren huesos, puedes congelarlos para, más adelante, cuando ya tengas suficientes, hacer tu caldo de huesos.

INGREDIENTES:

  • 1 kg y medio de huesos (los de pollo dan un sabor más suave al caldo). El esternón del pollo tiene mucho colágeno
  • agua
  • 2 hojas de laurel
  • 1 cebolla mediana, cortada
  • 6 dientes de ajo picados
  • 2 cucharadas de vinagre de manzana
  • 1 cucharadita de sal marina
  • Opcional: zanahorias picadas, unos pedacitos de jengibre, perejil, tomate seco,...


PREPARACIÓN:

    1. Si los huesos no han sido cocinados previamente, es mejor dorarlos en el horno durante 30 minutos a 180 grados,  antes de colocarlos en la olla. Si los huesos son de un pollo o pescado que ya ha sido cocinado, sáltese este paso.
    2. Colocar los huesos en una olla. Dejaremos unos 4 a 5 cm de agua por encima de la olla, y añadimos las 2 cucharadas de vinagre
    3. Dejar reposar (con el fuego apagado) durante 20 a 30 minutos (el ácido del vinagre ayudará a que se liberen más fácilmente los nutrientes de los huesos).
    4. Añadir las cebollas, ajos, hojas de laurel y la sal.
    5. Poner la olla a hervir. En cuanto empiece a hervir, reducir el calor al mínimo. Cocinar a esta temperatura hasta que esté listo (cocinar durante un mínimo de dos horas, aunque lo recomendable son de 6 a 8 horas).
    6. Es importante revisar el caldo y remover la espumilla que se vaya formando en la parte superior (los huesos de pasto natural suelen producir menos espuma).
    7. En los últimos 30 minutos de cocción puede agregar perejil o hiernas frescas para darle más sabor.
    8. Retirar del fuego y dejar que se enfríe. Con la ayuda de un colador, quitaremos los huesos y los vegetales. (Se puede quitar la carne que está pegada a los huesos ya que ésta tiene mucho colágeno y así la podremos aprovechar para echársela en taquitos a la sopa más tarde).
    9. Refrigerar o congelar. Cuando enfríe, se formará una capa de grasa solidificada en la parte superior. Es recomendable eliminar esta grasa.
    10. Si has preparado mucha cantidad, puedes congelarlo en recipientes de vidrio o en las cubiteras para el hielo. Si vas a usar recipientes de vidrio, es importante dejar de 2 a 3 centimetros en la parte superior del recipiente de vidrio, para evitar que éste se rompa cuando el liquido se expanda.  Cuando lo vayas a usar, puedes calentarlo al baño María,  pero nunca en el microondas ya que puede destruir los aminoácidos.

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