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El drama del eucalipto

El eucalipto, originario de Australia, llegó a Europa tras el viaje del capitán James Cook, quien exploró la isla en 1774.capitán James Cook

Posteriormente se introdujo en España a través del misionero Fray Rosendo Salvado en 1846, quien envió las semillas a su familia en Tuy (Galicia) debido a su valor ornamental.

En un principio, (para paliar la escasez de materia prima en la posguerra) se repobló la Península con pino y con eucalipto blanco (Eucalyptus  globulus ) en Galicia, la costa cantábrica y el sudoeste peninsular, y con el eucalipto rojo ( Eucalyptus camaldulensis ) en Huelva, Badajoz, Sevilla y Cádiz.

Pero su gran eclosión vino con la dictadura franquista, que lo convirtió en la base de sus planes de repoblación intensiva.

En Portugal continental, Azores y el norte de España, muchos bosques de robles se sustituyeron por eucaliptos, lo que ha perjudicado notablemente la vida silvestre de dichas zonas.

También se utilizó para desecar terrenos pantanosos donde se generaban grandes plagas de paludismo, aprovechando la gran cantidad de agua que necesita el eucalipto para crecer (un árbol adulto puede consumir entre 20-30 litros de agua por día). Esto produjo la desecación de los terrenos, evitando así la proliferación de mosquitos que transmitían la malaria.

Las obras de drenaje en pantanos y saneamiento público son fundamentales para la eliminación del mosquito anopheles.

En Europa se registraron transmisiones de malaria hasta mediados del siglo XX, y en el caso particular de España, la erradicación de la malaria no fue certificada hasta 1964.

 UNA VERTIGINOSA EXPANSION

Para hacerse una idea de su rápida expansión, a principios de la década de los 70 el eucalipto estaba presente en 131.181 hectáreas del territorio gallego, mientras que 25 años después ya ocupaba 396.000 hectáreas.

hectareas de eucalipto en españa y portugal, Eucaliptus globulus

 El 53%  de las plantaciones mundiales de Eucaliptus globulus están en España y Portugal. En Galicia ocupa casi un tercio de la superficie arbolada (aunque esto no representa la superficie real ocupada por el eucalipto en los montes gallegos, pues a las masas puras hay que sumarle las formaciones en las que aparece mezclado con el pino o con otras especies, llegando a ser colonizadas completamente por el eucalipto).

Gran parte de las plantaciones de eucalipto en la Península pertenecen al grupo ENCE, que produce pasta de papel. Luego, esa pasta de papel se carga en el puerto de Marín (Pontevedra) para ser transformada en papel en el extranjero.

Las dos plantas de ENCE ( una en Pontevedra y otra en Navia, Asturias ) se instalaron en tiempos del franquismo y para ello se llevó a cabo la destrucción de los bosques autóctonos para, posteriormente, repoblarlos con eucaliptos.

Según la Coordinadora Ecoloxista d´ Asturies, “las emisiones a la atmósfera de las fábricas de celulosa que, como éstas, incineran toneladas de residuos del producto que queda del proceso y son utilizados en la generación de energía, contienen productos químicos cancerígenos (fenoles clorados, hidrocarburos aromáticos policíclicos y Compuestos Orgánicos Volátiles)compuestos de azufre oxidado que provocan daños en la vegetación, compuestos que provocan trastornos hormonales (como por ejemplo fenoles clorados), y compuestos de azufre reducido causantes del característico olor penetrante a “huevo podrido” que se convierte en un problema para los pobladores de los alrededores. Estudios epidemiológicos recientes han evidenciado posibles efectos en la salud como consecuencia de la exposición a estos compuestos a niveles comúnmente presentes en las proximidades de una planta de celulosa.

- Elevados consumos de agua potable y de la toma del río.

- Importantes vertidos a las aguas por una insuficiente depuración,  para lo que se viene utilizando un emisario submarino para enviar las aguas producto de suproceso industrial a varios cientos de metros mar adentro donde, se están vertiendo ingentes cantidades de contaminantes que no se degradan fácilmente y muchos son acumulables. Resultan sorprendentes los vertidos de: carbono orgánico, compuestos orgánicos halogenados, nitrógeno, fósforo y, en menor cantidad, algunos productos muy tóxicos (cromo, cobre, níquel, plomo, zinc)”.

 

  EFECTOS ECOLOGICOS DE LAS PLANTACIONES DE EUCALIPTOS

Efectos sobre el suelo: empobrecimiento de los suelos. Los monocultivos de eucalipto impiden el asentamiento ralo del sotobosque como consecuencia de las sustancias alelopáticas (cineol y eucaliptol) que posee. Estos compuestos tienen un alto poder antigerminante, anulando el desarrollo embrional de las semillas que puedan caer en ese suelo, además de anular la flora bacteriana y fúngica del suelo, convirtiéndolo en estéril.

Efectos sobre el agua: desecación de fuentes de agua. Esta especie consume grandes cantidades de agua debido a su rápido crecimiento y a sus raíces profundas, lo que hace que se reduzca el nivel de agua en el subsuelo lo que puede llegar a afectar a los cultivos.

Según Ricardo Carrere ( técnico forestal y coordinador internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, recientemente fallecido), “…cada eucalipto consume, en promedio, 20 litros de agua por día. Una hectárea de eucaliptos tiene, normalmente, 1.100 árboles por hectárea. Entonces, cada hectárea de eucaliptos consume 22.000 litros de agua por día. 22.000 litros es un camión cisterna. Eso, multiplicado por 100.000 hectáreas, son 100.000 camiones cisterna todos los días. 100.000 hectáreas nada más. Brasil tiene 5 millones de hectáreas”.

Ricardo Carrere

Efectos sobre la flora: el eucalipto impide el desarrollo de la mayoría de las especies vegetales, ya que es muy agresivo para el sotobosque.

Efectos sobre la fauna: a consecuencia del punto anterior, al ser la flora muy pobre en los monocultivos de eucalipto, se convierten en “desiertos” para la fauna local, ya que no encuentran ni alimento, ni refugio y por lo tanto las probabilidades de reproducción son mínimas.

Incendios forestales: (aparte de que el aceite de eucalipto es muy inflamable), el eucalipto es una especie pirófita, arde con facilidad y los incendios favorecen su expansión.

Estos incendios eliminan las especies autóctonas de los territorios y el eucalipto, aunque esté quemado, vuelve a brotar. Gracias a esta capacidad de regeneración, mucho mayor que en otras especies, elimina la competencia de otras especies en el territorio.

 

CONCLUSIONES

El eucalipto no es una especie negativa en sí misma; el problema radica en las políticas de gestión forestal que se llevan a cabo.
Como acertadamente señala Ignacio Abella: “El establecimiento de un árbol en un lugar ha de ser producto, más que del capricho, de la moda o de la buena intención, de un profundo conocimiento del entorno y sus necesidades, de la especie que vamos a plantar y su adaptación al medio.
Incluso así podemos cometer errores, dada la complejidad de los ritmos y factores que se dan en la naturaleza.
La gravedad de estos errores estará casi siempre relacionada con el grado de transformación del medio que introduzcamos… y una actuación tan simple como la introducción de unas nuevas plantas en una región puede traer consecuencias negativas, por ejemplo, favoreciendo la expansión y desarrollo de una enfermedad, o convirtiéndose estas mismas plantas en invasoras de otros cultivos”.

 POSIBLES SOLUCIONES

  • Modificar gradualmente las masas repobladas con eucaliptos hacia las formaciones autóctonas, renunciando a repoblar con esta especie pirófita las áreas incendiadas.
  • Prohibir tajantemente la recalificación de terrenos incendiados para otros usos, durante al menos 30 años.
  • Evitar las plantaciones monoespecíficas de eucalipto, reduciendo así el impacto ambiental y favoreciendo las estrategias contra los incendios.
  • Promover el empleo de especies forestales autóctonas con objetivos de producción y conservación (castaño, roble, abedul, pino autóctono,…) 

Koala leyendo periódico, ilustración

 

Fuentes

slideshare.net

vidasostenible.org

es.wikipedia.org

 

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